El aceite motor es un imprescindible de los vehículos con motores de combustión interna. Su misión principal es mantener lubricadas las partes móviles para reducir el desgaste provocado por la fricción ya que crea una película separadora evitando el contacto directo, mejorando la eficiencia del motor, ahorrando combustible e impidiendo que se produzcan averías peores, pero no es la única función que desarrolla.
El aceite además se encarga de mantener las piezas limpias evitando la corrosión y ayuda a mantener a raya la temperatura del motor repartiendo el calor hasta que éste se disipa.
Para que sus propiedades puedan continuar cumpliendo esta labor, el aceite motor debe ser reemplazado periódicamente, así como realizar la sustitución del filtro de aceite cuando sea necesario. Lo ideal es seguir siempre las recomendaciones del fabricante y conocer bien lo que los distintos aceites del mercado nos pueden ofrecer.
Cuando estamos en un establecimiento y tratamos de comparar las distintas clases de aceite, nos encontramos con una codificación que a menudo resulta incomprensible para el usuario. Veamos qué quieren decir esos caracteres alfanuméricos.
Para comenzar, el primer dato que figura en el envase del aceite clasifica el sistema por estándares de procedencia:
Atendiendo al valor API, encontramos dos letras que nos indican para qué ha sido creado el aceite; la primera es la letra S para motores gasolina o C para los diésel. La segunda especifica la calidad del aceite, subiendo de nivel por orden alfabético alcanzando los valores más altos SN en gasolina y CJ-4 en diésel.
Respecto al SAE es el encargado de marcar el grado de viscosidad del aceite, o lo que es lo mismo, la estabilidad que presenta frente a los cambios de temperatura. En este caso lo dividimos en:
Por último, podríamos dividir los aceites en dos categorías más en función a su fabricación:
Fecha Publicación: 03/07/2020